Antes de las ilustraciones un discursito sobre que la belleza de los protagonistas de novelas y películas que dan unos falsos ideales:
A muchas personas les encantan los cuentos de hadas donde las princesas son muy guapas, o videojuegos protagonizadas por una tía de gran atractivo físico, pero conviene dejar claro que estos son personajes son juguetes a manos de los guionistas, y que estos deciden lo que les pase, sea bueno o malo. Al final los personajes más interesantes son los que al principio están incompletos, pero poco a poco van creciendo como personas y a corregir sus defectos.
Para encontrar el amor verdadero no hay que ser ni guapa ni rica como una princesa de cuento, o tener un cuerpo de infarto como las protagonistas de algunas películas o videojuegos. Se trata no sólo de encontrar a la persona adecuada para formar una familia, sino también serlo, de aspirar a ser un adulto capaz de valerse por si mismo, sentido de la responsabilidad, capacidad de sacrificio y fuerza de voluntad para enfrentarse a la adversidad, el correcto equilibrio entre autocrítica y fe en uno mismo (necesitamos ambos, pero en exceso también pueden perjudicarte, bien en forma de arrogancia que te ciega o autocrítica patológica o autodestructiva), integridad moral, sabiduría, inteligencia emocional, habilidades sociales. El amor verdadero no se basa en el deseo o la adulación sino en mutua aceptación, comprensión, confianza, lealtad, ternura, admiración de las cualidades del otro y saber perdonar los defectos que todos tenemos, es compromiso y compatibilidad de caracteres, saber adaptarse a la personalidad y gustos del otro. Quien te ame de verdad no te adula por tu belleza, sino te admira por un inteligencia, madurez psicológica e integridad moral.
Hay que tener mucho cuidado con los falsos ideales sobre cómo debe ser un hombre o mujer, por culpa de los cómics, videojuegos o películas. No hay que preocuparse tanto por la belleza, porque es un don que se acaba relativamente pronto, y además el que se acostumbra a algo bello, por ejemplo una catedral enfrente de su casa, no lo valora tanto como el que lo ve por primera vez. ¿no os habéis fijado que los mejores deportistas no siempre son los más guapos?
También hay otra cosa muy importante sobre lo que es ser un héroe de verdad. ¿alguna vez os habéis puesto nerviosos por un examen muy importante? Ahora imaginaros el examen final de carrera en la universidad. ¿agobiante? Pues ahora el más difícil todavía, y es que tras terminar la carrera en el trabajo tienes la responsabilidad de salvar una vida, por ejemplo un médico en urgencias. ¿os hacéis idea de lo agobiante que es una situación así? Cuando termina el peligro siente un gran alivio porque nadie ha salido lastimado, pero no euforia como la de equipo deportista al ganar un partido o una competición. Un héroe de verdad prefiere tener otro día aburrido antes que estar en una situación en la que gente inocente esté en una situación de peligro o riesgo para pueda ganar una pizca de gloria de la que presumir. Esto no es como ver una película o jugar una de matamarcianos con la videoconsola, sino ser responsable tanto de tu propia vida como la de otros en una situación de riesgo, y hacerlo no por gusto ni por gloria, sino porque tu propia conciencia te exige que actúes en una situación de emergencia en la que otros necesitan ayuda. En las películas el bueno siempre gana todas las peleas, pero un combatiente profesional sabe que puedes hacer muy bien una maniobra de lucha mil veces pero una vez que falles y es el fin (e incluso los mejores jugadores, los profesionales de los e-sports pierden alguna vez en los videojuegos).
Ilustraciones de un juego llamado "Legends of Cryptids".
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