Sin embargo quiero advertir que si las chicas en la ficción, en la tele o en los tebeos, son siempre tan guapas es porque son "juguetes" en manos de los creadores, artistas o guionistas. En la vida real no hace falta ser un príncipe o princesa, ni un superhéroes no hay que dejarse llevar por esos falsos ideales de perfección. Para conseguir el amor verdadero no se trata de ser la niña más guapa de la fiesta, sino de encontrar la persona adecuada, que te valore como persona por tus cualidades y a pesar de tus defectos, una relación de mutua aceptación, comprensión, confianza y lealtad, no de adulación. Ni hay que ser como la Barbie ni un macho como Rambo.
Lo importante es aprender a valerse por si mismo, desarrollar fuerza de voluntad, capacidad de sacrificio, sentido de la responsabilidad y habilidades sociales, encontrar el correcto equilibrio entre autocrítica y fe en uno mismo, crecer como persona y enriquecerse intelectualmente, preocuparse, no en presumir de lo que tienes, sino del legado que dejas para las siguientes generaciones.
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